martes, 9 de diciembre de 2014

41-OTAL, Valle de

Distancia: 12,95 Km (ida y vuelta)
Tiempo: 4 horas (paradas incluidas)
Altura máxima alcanzada: 1622 m.
Desnivel superado: 339 m.

En la carretera que une Torla con la Pradera de Ordesa, está el Puente de los Navarros (estamos en todas partes). Desde aquí sale una pista a la izquierda que se interna en el valle de Bujaruelo.
La pista, como todas las de este fin de semana esta destrozada, asi que si le tienes mucha estima a tu coche te lo piensas. Además hay varias placas de hielo, como hay otro coche delante nuestra le vamos dejando hacer y nos aprovechamos de él. Por esta pista llegamos hasta el refugio de Bujaruelo, donde hay un camping. Desde aquí, cruzando el puente de Bujaruelo hay una pista que lleva hasta San Nicolás de Bujaruelo. Nosotros tomamos una pista que discurre por el margen derecho del río Ara.

San Nicolás de Bujaruelo, aquí dejamos el coche.


A nuestra espalda dejamos el puente de Bujaruelo


El trayecto transcurre por una pista, no es muy agradable caminar por ella pero hoy ya no nos quedaban fuerzas para cosas mas cañeras.

Al poco encontramos una zona de nieve, esta muy helada y hay que ir con cuidado para no pegarnos un trompazo.

Andar por pista no mola pero las montañas que tenemos alrededor si que lo hacen.


Fuente de la Femalla ¿Alguien necesita enfriar el gin-tonic?



Nosotros tomamos a la izquierda, hacia el valle de Otal


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Seguimos por pista pero como esta nevada, y no contábamos con ello, estamos encantados.

El paisaje es fantástico.




Increíble.





El río Otal va serpenteando por el valle.


Y nosotros somos muy pequeñitos.



Por ahí al fondo debe estar el collado de Tendeñera por el que se puede pasar para llegar a Panticosa. (Por si alguien se anima).

Carámbanos de hielo.


Muy bonito todo, pero también hay que ser un poco prosaico y recuperar fuerzas, que el hambre nubla las entendederas, (si las hay).


Y vamos de vuelta, como este fin de semana estamos bendecidos hasta nos sale el sol para terminar de rematar las espectaculares montañas que nos rodean.



En ese pequeño refugio si el día esta peleón te puedes refugiar, nosotros hemos preferido comer fuera.

Creo, pero no lo juraría, que el de atrás del todo es el Vignemale











Y ya para abajo con una sonrisa, nos hemos encontrado un paisaje que ni nos imaginábamos. Dos de nosotros ya habíamos estado en el Pleistoceno en Otal y nos pareció precioso, pero hoy, con nieve nos ha dejado con la boca abierta.

Y ya estamos de vuelta en Bujaruelo.


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