106-MONCAYO

Distancia: 11.01 km.

Desnivel: 827 m.

Tiempo empleado: 4 h. 33 min. paradas incluidas.

Si quieres ver la ruta en wikiloc, pincha aquí.

Después de dar mas vueltas que un molino por la autopista, hemos conseguido llegar hasta el aparcamiento que hay unos 700 metros antes del Santuario. Lo que tenia que habernos costado algo menos de dos horas nos ha costado mas de 2 y media. ¡Que desastre!.
En fin, ya estamos aquí y nos ponemos en marcha. Caminamos pista adelante hacia el Santuario.

En seguida llegamos al Santuario.

Pasamos junto al el y nos dirigimos hacia el cartel del fondo que indica el camino que seguiremos.

En seguida empezamos a ganar metros. 

Es pronto pero va a hacer calor, nos hemos embadurnado bien de crema. Los primeros 2 km los haremos por bosque pero después ya no habrá ninguna sombra.

Llegamos a la Hoya de San Miguel, antiguo circo glaciar.

A partir de aquí ya no habrá sombra. Al frente la Hoya de San Miguel, aquí el camino se desvía a la izquierda y subiremos por la ladera de ese lado.

El día está despejado pero hay mucha bruma, no vamos a tener vistas, una pena.

El camino va dando zig-zags y aunque vamos tomando altura rápidamente no resulta excesivamente duro.

Hoy vamos a hacer 3 cimas, cosa que no tiene excesivo merito porque la primera que es el Cerro de San Juan (2283 m.) y es esta, pilla de camino para hacer el Moncayo que es la que se ve al fondo.

Y caminando por anchisimo lomo nos dirigimos al Moncayo.

Moncayo 2314 m.

¿Para que subimos al monte? ¡Para almorzar! y a ello nos vamos a poner en un momento.
Los alrededores de la cima están sembrados de pequeños abrigos de piedra y aunque hay muchísima gente encontramos uno libre.

Aquí se ven las lazadas que va describiendo el camino de subida que es por el que también bajaremos.

Desde el Moncayo volvemos hasta el collado pero en vez de bajar continuamos un poco mas y nos vamos hasta el Cerro del Corralejo  (2280 m.). Un coleccionista de cimas como yo no podía dejar pasar la oportunidad.

Volvemos otra vez al collado y ahora si comenzamos el descenso.

Pena de brumas.

De nuevo en el bosque, se agradece la sombra, ya es mediodía y el sol calienta de lo lindo.

Precioso paso entre flores.

Y ya casi estamos.

Paramos un momento en el Santuario a meternos una galimba entre pecho y espalda y con el saborcillo de la cebada nos bajamos hasta el coche.
A ver si la vuelta a casa es un poco mas rápida que la venida.