domingo, 23 de julio de 2017

133-SOMPORT-ARLET

Las distancias y desniveles, son los registrados por mi móvil, por lo que son orientativos.
Distancia: 19.54 km.
Desnivel acumulado subiendo: 1116 m.
Desnivel acumulado bajando: 760 m.
Tiempo empleado: 6 horas 14 min. paradas incluidas.
Para ver la ruta en wikiloc, pincha aquí.
A las 6 y media arriba, desayunar y zumbando.

Atravesamos la antigua aduana, ya le habíamos echado una mirada ayer a la salida para no liarnos.

El  camino sale junto a la señal de prohibido el paso.

¿Tendremos buen día?



Cuando lleguemos a la carretera, primera confusión del día, en vez de tirar a la izquierda lo haremos a la derecha, en fin.........





Arco iris en la niebla.

Mala pinta tiene esto, otro día de nieblas, a ver si hay suerte y o suben ellas o las dejamos abajo.

Alcanzamos a unos que han salido  antes que nosotros.
Hay un cruce no muy claro, comentamos por donde ira el camino, y hábilmente se hacen los remolones dejándonos pasar delante y poniéndose a rueda.


Solo faltan unos elfos.



El camino no está nada marcado y tenemos que tirar de GPS continuamente.
Para cruzar el Gave d´Aspe tenemos que andar rastreando para encontrar el camino.







Salimos del bosque y aun es peor.

Paramos a charlar con un pastor que nos cuenta que tiene unas 600 ovejas y que en esta época dan muy poca leche pero que es cuando mejor queso sale.


Desde que nos hemos encontrado vamos los seis juntos.





No hay manera, no abandonamos las nieblas.


A mi compañero le ha entrado agua en las botas y ahora lleva el tenderete colgando de la mochila para ver si se le secan los calcetines.

Abandonamos el Bois d´Espelunguére y salimos a los pastos de montaña.

Pasamos junto a las cabañas de pastores d´Atsout y Grosse.
De vez en cuando podemos ver un poco los montes de alrededor.












Paramos a comer un poco y aprovechamos para tirar fotos.

Y seguimos adelante, aun nos quedan un par de horas de caminata.




Pasadas menos de una hora llegamos aquí y nos hacemos ilusiones de que ya hemos llegado, vemos lo que es poco mas que un charco y una chabola y los convertimos en el ibón y el refugio de Arlet.
No somos los únicos que confundimos los deseos con la realidad.







Ahora si llegamos a Arlet.

Y para no perder la costumbre del día, las nieblas nos salen a saludar.


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